1) Había quedado con R. en que me venía a buscar a las 9, para ir al S.Bank de nuevo. Ayer habíamos quedado a la misma hora, pero me tocó el timbre a las 8.35. Hoy, a las 8.55, lo llamé. "¿Está llegando, R.?""Bueno, no, como usted me dijo que tenía que estar 9.30, estoy en la oficina..." "Claro, tenemos que estar 9.30, por eso le dije que pasara a buscarme a las 9..." Finalmente, llegó a las 9.15. Antes de ir al banco, pasamos por un lugar donde alguien de su conocimiento, o que trabaja con él, había tenido un pequeño choque. Me dejó sobre la banquina en una ruta donde los autos, buses y camiones me pasaban a centímetros. Lo vi conversar amistosamente, mirar si la camioneta había sufrido muchos daños, reírse, etcétera, por un buen rato. Vuelta al camino, un tranque. Tipo 9.50 llegamos al banco. El cajero de ayer me había dicho que llegara a las 9.30, que a esa hora iban a tener billetes suficientes para pagarme lo que es más o menos un salario de un funcionario público panameño.
Pero, ay!, llego, presento mis cheques, y me mira con la misma cara de nada que ayer, me dice "dejeme controlar con la joven de reserva, que controle las reservas del banco", va, habla con una gorda, habla con una cajera con una cara de orto parecida a la de Falcioni, vuelve, y me dice que "lastimosamente (acá se usa esa palabra como nosotros decimos "lamentablemente"), los billetes no llegaron". Ah, y cuándo llegan, vos me dijiste que venga a esta hora, te acordás? Sí, pero no sé. Dejeme un teléfono. Quéeeeeee??? No, no te puedo dejar un teléfono, no puedo perder dos mañanas para cobrar esto, quiero hablar con el gerente, con alguien que resuelva, etc. Viene la joven, me dice lo mismo, agregando "Qué pena que no le pidieron un teléfono para avisarle cuándo venía el dinero". Pero su cajero me dijo que venga a una hora determinada, yo vengo a esa hora, no me puede decir que no está el dinero, resuelvalo de alguna manera, etc.
Me pide un minuto, que espere. Y de pronto, veo que un tipo llega y cambia un cheque por una cantidad grande, y le dan billetes de 50! Llamo a la mina: "Ustedes me están tomando el pelo, me dicen que no hay billetes...", etc. Me pide, ahora, 15 minutos. Está bien. Me siento, leo una revista pelotuda, me hago la que me voy a desmayar, o voy a parir, o voy a vomitar, hasta que al final me llama la cajera cara de conchuda, me paga después de hacerme parir un rato más, le digo, pequeñísima revancha: "Este es el peor banco que conocí en mi vida, son un desastre, buf!"
2) Tengo que darme de baja en Unión Fenosa, la compañía de electricidad. Un tipo de la empresa me dice que el lunes 7 está abierta la única oficina en la ciudad de Panamá en la que se puede hacer ese trámite, entre muchos otros. Queda en Vía España, cerca de donde vivimos apenas llegamos aquí. R. me dice que no, que va a estar cerrado. Entonces, llamo por teléfono. Me dicen que vaya hoy o mañana, y que pida que me desconecten el 9 de marzo. Que lleve una nota, con la copia del pasaporte. Hago la nota, le agrego la fotocopia de mi pasaporte. Me tomo un bus hasta la terminal. De ahí, un taxi. El taxista, un pelado estilo Luca, duda, hasta que me lleva, como de favor. 3 dólares, un poco mucho, pero considerando que tengo que llegar en media hora, está bien. Levanta a otro tipo, que se sube adelante. A partir de ahí, solo le habla al tipo. Pregunto, "esta avenida cómo se llama?". "Juan Pablo", dice el tipo tan bajo y displiscente que tuve que pedirle que lo repitiera.
Dio millones de vueltas, se equivocó de calle, bufó, dijo que ni la gasolina pagaba con lo que cobraba, etc. Llegando a donde yo me tenía que bajar, dijo: "Viajar en taxi en Panamá es baratísimo, y hay gente que se queja, hasta los de allá, los de arriba, y en Canadá por ejemplo es mucho más caro" "Pero hay opciones", digo yo, que cuando puedo callarme la boca casi nunca lo hago. "La gente puede tomar otros medios de transporte, en lugar de estar todo el día arriba de un taxi". Silencio, silencio total. Jaja, ni mereció la pena contestarme!
Llego a Unión Fenosa. Ya lo dije: la única oficina en toda la ciudad de Panamá donde se pueden hacer ciertos trámites: conectarse, desconectarse, reclamar. Cinco personas atendiendo, una, para jubilados. Una media hora por cliente (sin exagerar) Llegué a las 17, tenía el número 47, iban por el 35. Cuando me llegó el turno, a eso de las 18, me siento, saco rápidamente la nota y la fotocopia, se la doy a la empleada, y le digo que me vengo a desconectar. "Bueno, mañana le hacen el corte". "NOOOOOOOOOO, mañana, no!, el miércoles, yo llamé y me dijeron", etc. etc. etc. "Quién le dijo eso, le tomó el nombre?". Por una fracción de segundo quise ser irónica, canchera, o violenta, o agresiva. Pero me dije: "Claudia, centrate en tu objetivo: resolver el trámite, no volver, que te corten recién el 9. Resolver el trámite, no volver, que te corten recién el 9..." La mina llama a otra. Las dos tienen cara de culo, pero me obligo a sonreir, a llorar si hace falta. Repito el cuento del pelotudo que me dijo por teléfono, les digo: "Ven, me dictó lo que escribí en la nota..." La mina más jefa me dice: "Y claro, el tiempo que va a perder ahora, porque va a tener que venir mañana..." "Pero yo me voy el martes, necesito luz hasta irme..." "Pero nosotros cortamos al día siguiente que usted viene..." "Pero si yo me voy el martes, no puedo venir el lunes, porque es feriado, ni el domingo, porque no trabajan, ni el sábado porque tampoco trabajan, y mañana va a ser un loquero venir", etc., todo dicho con cara de por favor, sé buenita. Mientras la más jefa averiguaba adentro, hice una perrada: saqué unos pancitos deliciosos de Pan y Canela que había comprado al mediodía, y le ofrecí uno a la empleada de menor rango, con mi mejor sonrisa luminosa. "Ay, ojalá pudiera, pero no puedo". Bue, yo te quise dar, lo siento.
Vuelve la más o menos jefa, la jefa de adentro se condolió. Le dice a la que no quiso pan: recibíselo, le van a mandar el corte el miércoles, que no gaste mucha luz... NOOOOOOO, si yo no gasto casi nada, ni uso el aire (uy, mañana llega Ce., cagamos, se dispara el consumo, jajajaj)
Objetivo presuntamente cumplido (no sé, mañana quizá se aparece un morocho con la tijera en la mano y me corta todo)
Después compré dos o tres boludeces en el Rey, el mismo al que íbamos al principio con E. Mandé y recibí mensajitos de Ce.; viajé en un taxi con una ex policía que se mandó una infracción, la paró uno de tránsito y le dijo que había ido por ahí porque tenía que orinar, y me hizo cagar de risa, y después me dijo que menos mal no había sido una mina la que la paró, porque las minas somos más malas, menos ella, que como es de tierra (virgo), es buena; hablé con mi hijo que me dijo que está estudiando, pero sus intervenciones en fb dicen otra cosa...
Y hago valijas, preparo los muebles porque mañana empieza la mudanza hormiga, y espero a Ce., sus relatos, sus fotos, sus impresiones. Días locos, diría E.