domingo, 20 de noviembre de 2011

FERRO, SILVIO, CUBA...

Amo a Silvio desde 1979/80, cuando lo escuché por primera vez en un casette clandestino.
Acompañó cada uno de mis amores: al empezar, al promediar, y al terminar, en el festejo y el disfrute, y en la soledad y la angustia.
Acompañó mis luchas, mis emociones y mis combates.
Fue música de los juegos con Cecilia y con Ernesto.
Canté como himnos sus canciones, sola y con todos y con todas.
Me lo cantaron, lo canté.
Busqué el significado de sus canciones, compré libros que me explicaron por fin, a quién estába dedicado Ojalá.
Me supe mariposa, y mujer con sombrero.
Lloré con angeles finales, sobre mojado.
En momentos dolorosos, supe cuál era mi deber, y canté.
En Nicaragua, en Uruguay, en Barcelona, en Chile, en Panamá, en Cuba, por donde anduve, anduvo su música.
Y de sus canciones, una de las que me más me conmueve y emociona, es ésta, que (me) cantó el viernes 18 de noviembre, en Ferro, mientras yo pensaba que, además de todo eso que dije más arriba, ahora, de algún modo, Silvio y yo estamos unidos en Mauricio!!!

http://www.youtube.com/watch?v=S3qZkKEj1H8


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